2 de junio de 2014

CUANDO YO TENÍA CINCO AÑOS, ME MATÉ de HOWARD BUTEN




Burt sólo tiene ocho años, pero su pequeño corazón ya ha conocido grandes sentimientos. Demasiado grandes. Demasiado fuertes. Ahora vive recluido en un Centro de Internamiento Infantil por lo que le hizo a Jessica. Solo, contra la estupidez de los adultos que convierten sus sueños en síntomas clínicos y su amor en un delito. Solo, en una fortaleza de silencio. ¿Quién lo sacará de allí? Pura emoción, en una prosa maravillosamente conseguida.


Este libro, no es un libro cualquiera, no es una literatura para pasar el rato, la profundidad del texto abruma al lector en cada casi frase, haciendo de su lectura una experiencia que te descoloca y al mismo tiempo te muestra parte de las miserias que existen en las sociedades (sobre todo las occidentales).

No me extraña que cuando se publicó por primera vez en Estados Unidos no tuvo mucho éxito, pero que al llegar a manos de una sociedad más “abierta” como la francesa tuviese la posibilidad de explotar y conseguir cierta cota en ventas.

Una vez terminado el texto recordé que Howard Buten, tenía varias profesiones que en libro se ven perfectamente, la primera escritor, con un texto muy bien estructurado y situándose a la perfección en la voz narrativa de un niño (cosa que no es nada fácil hacerlo bien); la segunda psicólogo, está claro que el componente psicológico en la obra es fundamental y vertebra buena parte del texto, evidenciando varias formas de entender la psiqué de un niño desde el punto de vista de los adultos; y por último de clown, este aspecto le da al texto un carácter irreverente y crítico, poniendo en relieve situaciones incomprensibles llegando a absurdos difícilmente asumibles desde un punto de vista global de lo que ocurre en la historia de Burt. La conjunción de estas tres profesiones en el autor hace que el texto y el argumento se enriquezcan de formas inalcanzables para escritores profesionales.

El relato es lineal, y la narración por parte de Burt está bastante conseguida ya que se pueden identificar expresiones propias de un niño de esa edad. Durante la lectura del relato se esperan como agua de mayo saber el porqué y origen de la situación que está viviendo nuestro protagonista, lo que da lugar a cábalas mentales sobre lo que le hizo a Jessica. Por supuesto no lo voy a revelar.

Durante la lectura del relato se aprecia cierta preocupación sobre el destino de Burt, debido a la incomprensión de los adultos, los cuales no se dieron cuenta de la extraordinaria sensibilidad y bondad del personaje, la cual es interpretada incorrectamente  y le conduce a una situación que no le correspondía en absoluto. La profundidad de la novela en este caso es absolutamente maravillosa, inspeccionando la mente de un niño hasta descubrir sentimientos a los que difícilmente es posible acceder para un adulto socialmente adaptado según normas establecidas por la cultura occidental.

Este libro no se puede considerar una lectura apta para toda clase de lectores, ya que se puede considerar como una lectura “rara” para la que se necesita cierta apertura de mente para poder disfrutarla en todo su esplendor, si estás entre este grupo, no lo dudes, esta obra no te defraudará. 

PD: Como siempre una magnífica edición de la gente de BlackieBooks.



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